Reflexiones sobre el entrenamiento de fuerza en Corredores.

El pasado sábado día 24 de Septiembre estuvimos durante 4 horas apasionantes hablando de la importancia del entrenamiento de fuerza para corredores. Fueron 4 horas intensas, sin un sólo descanso, todo de un tirón; sin embargo el tiempo pasó volando. La verdad es que no veía el momento de hacer un descanso, y aunque quizá lo deberíamos haber hecho, preferí seguir adelante para transmitir y aprovechar al máximo las 4 horas que teníamos planificadas. Fue una gran responsabilidad por mi parte, ya que más de la mitad de la audiencia venía de lugares fuera de Madrid; Sevilla, Burgos, Ciudad Real, Cádiz, Valencia, Bilbao, Barcelona, Gerona… más de 40 personas con un interés brutal por mejorar el entrenamiento de fuerza, y por ende el rendimiento deportivo en carrera.

No es fácil resumir 4 horas, pero si tuviera que escoger una diapositiva lo haría con la que tenemos como imagen de portada. El principal objetivo de todo entrenamiento de fuerza enfocado al rendimiento, y también a la salud, debe de ser identificar la musculatura débil, para después trabajarla a conciencia y de forma correcta. Si no somos conscientes de la musculatura débil, entrenar la fuerza de forma genérica es como matar moscas a cañonazos. El cuerpo es un gran compensador; en la carrera, compensamos con la musculatura fuerte las debilidades de músculos que en principio tendrían que estar implicados en la biomecánica de carrera pero que no siempre lo están por su debilidad. Un entrenamiento de fuerza genérico inducirá a hacer más fuerte la musculatura fuerte, pero la débil permanecerá débil, lo que provocará todavía un desequilibrio muscular mayor entre lo fuerte y lo débil (Muscle Activation Techniques). El resultado será ya no sólo un rendimiento comprometido, sino además a medio plazo lesión.

Claro, primero tenemos que identificar las debilidades, saber qué es un músculo débil, y además después tenemos que trabajarlas. Son dos temas diferentes. El primero no es fácil, pero tampoco lo es el segundo. La definición de un músculo débil podría ser como aquél que no es capaz de mantener tensión (fuerza) en todo su rango contráctil (Lucas Leal, Resistance Institute). Deberíamos dedicar páginas a esta definición, pero lo que sí está claro es que el sistema nervioso es el principal responsable de la contracción del músculo en todo su rango contráctil. Sin el sistema nervioso estamos perdidos, y aquí será fundamental trabajar el sistema neuromuscular para poder llegar a mejorar la debilidad muscular. Entramos en el segundo aspecto, en el trabajo de un músculo débil. Porque ¿cómo podríamos mejorar la fuerza de un músculo débil si apenas responde al sistema nervioso en la contracción muscular?

En resumen, no es un tema sencillo, y desde luego trabajar la fuerza va mucho más allá de hacer sentadillas, trabajo en circuito… etc, porque aun en el mejor de los casos, estaremos fortaleciendo más lo fuerte, pero lo débil seguirá ahí. La clave está en identificar qué tengo que trabajar, y además saber cómo trabajarlo.

 

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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