El trabajo de fuerza para el pie, fundamental para correr

Imposible creer que el rendimiento deportivo del corredor puede ser exitoso sin un trabajo específico de fuerza para el pie. Estamos hablando probablemente de la parte del cuerpo más importante para la marcha, siendo su función indispensable ya no solo para el rendimiento sino también para la salud del corredor. Sin embargo, el trabajo de fuerza para el pie está infravalorado, incluso ausente, y en muchos casos perturbado en los planes de entrenamiento. El pie, junto con el tobillo, soporta la totalidad del peso del cuerpo en cada uno de los impactos al correr, teniendo que gestionar el estrés brutal inherente en la marcha. El pie no sólo es indispensable para correr, sino que además condiciona los movimientos de la pierna y cadera. Un corredor sin fuerza en el pie es un atleta con rendimiento comprometido, resultando en muchos casos en lesión, tanto en el pie en sí, como en otras articulaciones (cadera y rodilla) por transmisión ineficiente de fuerzas.

El trabajo de fuerza del pie va más allá de entrenamiento del gesto técnico de la carrera. Es más, el trabajo de fuerza ha de ir siempre independiente del gesto. Contrariamente a lo que habitualmente se hace o se piensa, el trabajo de pie ha de ser analítico, y separado de la técnica de carrera. Un tema es entrenar la técnica, y otro muy diferente es trabajar la fuerza del pie. No confundamos técnica con fuerza, ambos han de ser separados en el entrenamiento, ya que de otra manera estaremos perturbando el control motor del gesto.

La anatomía, fisiología y biomecánica del pie y tobillo son extremadamente complejos, con un total de 28 huesos y 25 articulaciones. Además, las características del pie son muy diferentes de un corredor a otro, con lo que es fundamental personalizar el trabajo de fuerza para cada uno de ellos. Por el ámbito de este blog, podemos simplificar el trabajo de fuerza del pie en función de los tres movimientos principales del tobillo/pie. Sin embargo la complejidad va mucho más allá de lo expuesto aquí.

  1. Pronación / supinación
  2. Flexión dorsal / flexión plantar
  3. Eversión / Inversión.

El primer paso para el trabajo de fuerza del pie en un atleta pasa por identificar las necesidades específicas para el atleta en cuestión. Habitualmente el trabajo de pronación va asociado al de flexión dorsal y eversión del pie. De igual manera, debilidades en supinación están ligadas a necesidad de trabajo en flexión plantar e inversión. Identificar la necesidad de trabajo es clave para un rendimiento exitoso. Una vez identificado, un trabajo específico de fuerza es clave tanto para el rendimiento como para la salud del corredor.

 

 

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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