Lesión/dolor y entrenamiento de fuerza

Uno de los factores clave en el éxito del cualquier plan de entrenamiento es gestionar correctamente las sobrecargas musculares. Un exceso de tono muscular es preludio ya no solo de un rendimiento comprometido, sino además indicador de una lesión en potencia. Por lo tanto, es prioritario evitar sobrecargas, especialmente si éstas son recurrentes. Sin embargo, en muchos casos un control de la intensidad de entrenamiento no es suficiente para evitar sobrecargas, ya que para poder mejorar hemos de dar un estímulo lo suficientemente intenso como para provocar adaptación muscular y metabólica. De esta manera, un trabajo de fuerza adecuado es probablemente la mejor manera de soportar grandes intensidades de trabajo.

En un principio podríamos pensar, que el trabajo de fuerza ha de estar enfocado hacia la musculatura que más se sobrecarga y que más exceso de tensión tiene. Sin embargo, no es la zona de más sobrecarga precisamente la más débil, sino todo lo contrario. El exceso de tensión en un músculo viene dado en la gran mayoría de los casos por sobreuso (sobre-solicitación) como consecuencia de tener que compensar por la debilidad de otros. El resultado de la lesión por sobreuso como consecuencia de la debilidad de otra musculatura agonista a la lesionada está ampliamente descrito por Levangie/Norkin en Joint estructure and Función, y magistralmente llevado a la práctica por NMIT/Muscle Academy.

Un ejemplo claro son los isquios. La sobrecarga en isquios es muy habitual en corredores. Sin embargo, es muy común observar como los isquios de los corredores es musculatura fuerte, a pesar de sufrir sobrecargas y lesiones de forma continuada. Así, no son los isquios la musculatura a tratar, sino la débil que ha inducido más trabajo en los isquios y que ha provocado la sobrecarga de éstos por debilidad de los primeros. Es un error muy común enfocar los programas de fortalecimiento hacia la musculatura lesionada o con sobrecarga/dolor/molestia, cuando realmente lo que habría que trabajar es la musculatura débil que ha inducido la lesión del músculo fuerte.

La esencia del entrenamiento de fuerza radica en identificar la musculatura débil para trabajarla, hacer fuerte lo débil pero nunca trabajar lo fuerte para que se haga más fuerte a pesar de que ésta última sea la lesionada. Un cosa es el dolor o la lesión, y otro tema muy diferente es el origen que ha inducido la lesión. Si nos centramos en el punto de lesión/dolor nunca solucionaremos el problema, ya que con poca intensidad que incorporemos en el entrenamiento volveremos a caer en la lesión.

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Formación

Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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