Intensidad y entrenamiento exitoso en la preparación de un Maratón

No decimos nada nuevo al mencionar que el maratón es una distancia extremadamente exigente de preparar, y más aún cuando el objetivo es mejorar una marca personal. Tampoco hacemos ningún descubrimiento al decir que la distancia de los 42.195 m implica un alto componente de resistencia y que ésta debe de estar presente en todo plan de entrenamiento. Entrenamientos de resistencia implican rodajes largos, series de varios km, y mucho volumen de entrenamiento. Sin embargo, es muy habitual olvidarnos de que la importancia del entrenamiento de intensidad elevada, distancias cortas, como parte fundamental del entrenamiento para un maratón. Para ser más concretos, no debemos pretender mejorar nuestra marca de 42 k sin antes haber realizado marca personal en 10 k. Enfocar toda la preparación del maratón a la distancia de 42 k es un error muy común en corredores populares. A pesar de que esta distancia tenga un componente altísimo de resistencia, es vital preparar a conciencia previamente un 10 k para conseguir éxito en el maratón.

Los motivos fisiológicos asociados a las ventajas de incorporar entrenamientos de intensidad en todo entrenamiento de maratón no están exentos de complejidad, ni de controversia. Simplificando enormemente los términos, podemos decir que el músculo está formado por dos tipos de fibras, las rápidas y las lentas. Además, también podemos decir que en los últimos kilómetros de un maratón se generan elevadas cantidades de lactato, un producto metabólico que lejos de ser de ser nocivo, es un regulador clave en la utilización de energía en intensidades altas de ejercicios. Tanto es así, que el lactato puede ser, y en atletas eficientes lo es, un substrato que es utilizado como fuente energética durante el ejercicio intenso. Pues bien, son precisamente las fibras rápidas las que tienen más capacidad de reutilizar las elevadas cantidades de lactato generado durante un esfuerzo físico intenso (publicaciones de San Millán et al.). Así, un atleta con más fibras rápidas será capaz de utilizar el lactato generado durante el maratón, y especialmente en los últimos kilómetros del mismo. Es precisamente en estas últimas fases cuando el glucógeno es muy limitado, y por lo tanto el juego del lactato como fuente energética es vital para un final exitoso de carrera. La buena noticia es que las fibras rápidas pueden ser incrementadas con el entrenamiento (JA Simoneau, et al). Por lo tanto, un plan de entrenamiento exitoso para maratón debe incorporar entre otros factores, el entrenamiento de intensidad. Ahora bien, la intensidad debe de ser perfectamente gestionada para poder ser asimilada por el atleta, e idóneamente programada para conseguir el beneficio deseado.

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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