Cuando dejar de Correr merece la pena… Pelos de punta

Como una piedra tras la goma tensa de un tirachinas, esperando ser disparada. Y con una diana muy concreta, a 42.195 metros de distancia. Así nos sentimos.
Pero toda esa tensión, esa emoción, es fruto de un trabajo que viene de muchos meses atrás. Para lograr el objetivo, esta humilde piedrecita ha tenido que ser pulida, moldeada, eliminando imperfecciones de sus cantos, de modo que pueda cortar el viento de forma fluida y armónica. La goma ha de adquirir el punto justo de tensión, ni más ni menos, para que la trayectoria sea uniforme y no desvíe al proyectil de su objetivo.
Si hay un artista capaz de dar forma a sus «proyectiles», ése es Luis del Águila. En cada uno de ellos aplica su ciencia (y su paciencia) con el mismo esmero con el que un orfebre talla sus piezas. Dándoles forma de manera individualizada, según sea la diana a conseguir. Conjuga además, la doble virtud de ser artista y proyectil a la vez, (si bien en su caso podríamos hablar más de «bala» que de una simple «piedra»).
Lejos del endiosamiento de otros deportistas de élite, que guardarían para sí sus estrategias celosamente, consagra buena parte de su tiempo a compartir su experiencia y conocimientos con atletas de todos los niveles, aun a costa de renunciar más de un día a la que es su gran pasión: correr.
Dicen que de toda mala experiencia se extrae alguna buena enseñanza. Aunque ya había tenido la fortuna de asistir a uno de sus seminarios anteriormente, a Luis llegué prácticamente a raíz de una lesión. Un contratiempo que nos tuvo en jaque casi un año, sin poder apenas gastar zapatilla. Desde el primer momento me dejó claro que su misión no era reparar lesiones, sino dirigir al corredor para no caer en ellas.
Podíamos haber escogido pintar cuadros o componer música, pero en el camino evolutivo que es la vida descubrí que en esto de correr también hay un mundo donde aprender y prosperar, física y hasta espiritualmente. Hoy me siento afortunado de haber caído en aquella lesión porque ahora soy realmente consciente de que no hay nada como tener las piernas bien conectadas al cerebro para «digerir» kilómetro tras kilómetro. ¡ Y de poder compartir esto con vosotros, máquinas !
No tenemos la certeza absoluta de que mañana amanezca de nuevo, de modo que tampoco sabemos qué pasará este domingo cuando rindamos honores a Filípides por duodécima vez. Lo que sí sabemos es que la piedrecita trazará su trayectoria, al menos, con mucha más confianza y seguridad.
Gracias, Luis. Sigamos aprendiendo.
Raúl H.
Luis del Águila_Media de Filadelfia, 1998

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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