Correr implica entrenar más allá del gesto deportivo

El gesto asociado al deporte de la carrera implica una tremenda asociación de movimientos sutiles encadenados, de manera que una alteración en cualquiera de ellos podría resultar en rendimiento comprometido a medio plazo, y en lesión a con el paso del tiempo. En la gran mayoría de los casos, no somos conscientes de la gran importancia que tiene una perfecta armonización del movimiento cuando corremos, y así en cada impacto estamos poniendo en peligro no solo el rendimiento, sino lo que es más importante, la salud articular y muscular de nuestro cuerpo. Además hemos de tener siempre presente que a mayor intensidad en el entrenamiento mayor es la necesidad en la precisión de cada movimiento al correr. Pequeñas alteraciones, imprecisiones o debilidades podrían dar lugar a desequilibrios, redundando en ineficiencia, bajo rendimiento, molestias y lesiones. Tenemos que pensar que nuestro cuerpo es una máquina perfecta, pero también que debido a la perfección, pequeñas modificaciones implicarán grandes desajustes. Es más, estos desajustes, que siempre los hay en el entrenamiento, y serán mayores cuanto mayor sea la intensidad del mismo, han de ser meticulosamente solucionados, con gran precisión y sutileza. El cuerpo humano es como un fórmula 1, con la necesidad imperiosa de ser ajustado constantemente, yendo a boxes después de cualquier entrenamiento intenso o competición.

Con estas ideas en mente, no nos queda otra que ajustar nuestro sistema, nervioso y muscular, para que el cuerpo no solo pueda rendir de forma exitosa, sino también para evitar desequilibrios y funciones anómalas que darán como resultado tarde o temprano la lesión. Difícilmente podemos pensar en un buen rendimiento de un fórmula 1 si no va a boxes después de cada competición; el ajuste neuromuscular de nuestro sistema es clave para un buen rendimiento y para una continuidad en el entrenamiento. Nos encontramos aquí frente a un nuevo paradigma del entrenamiento, en el que sí o sí la incorporación de un trabajo neuromuscular se antoja primordial dentro del entrenamiento del corredor. Sin embargo, nos encontramos con que en la mayoría de los casos, la gran mayoría de los corredores priman el entrenamiento de intensidad frente a un ajuste continuo, necesario e imperiosos del sistema neuromuscular. El resultado es que más del 80% de los corredores se lesionan al menos una vez al año, impidiendo la continuidad en el entrenamiento y terminando en frustaciones cada vez más frecuentes en el apasionante mundo del entrenamiento del corredor.

Aquí expreso el relato «sencillo» de lo que realmente es muy complejo, explicado por un corredor («machaca»).

Está claro que el entrenamiento de carrera va modificando nuestro sistema cardiorrespiratorio para adaptarlo al esfuerzo. ¿Pero qué pasa con la «maquinaria», el músculo, la fibra? El tipo de entrenamiento que trabajamos en RENDIMIENTO NEUROMUSCULAR ®   optimiza nuestros recursos musculares básicamente desde tres pilares:

• Trabajo isométrico: ejercicio lento, de baja intensidad, encaminado, de una parte, a reclutar de forma consciente y voluntaria unidades neuromotoras, y de otra, a evaluar la respuesta muscular ante la orden cerebral.

•Sensores musculares: estimulación directa de los mecanorreceptores encargados de transmitir la orden nerviosa de movimiento. Con ello se obtiene una mejora sustancial de la respuesta muscular

• Trabajo en intensidad: ejecutado igualmente de forma lenta, estos dispositivos permiten mantener el mismo grado de esfuerzo en todo el rango contráctil del músculo, sin picos de fuerza que puedan resultar lesivos. Entre sus ventajas se percibe cómo en cada acortamiento y elongación se van reclutando cada vez más unidades neuromotoras, del músculo que nos interesa trabajar, y no de otro.Recordemos que la dinámica de carrera, per se, «NO FORTALECE, sino que debilita». Ni siquiera ejecutando cuestas, como siempre habíamos creído. Pero un ciclo completo de fuerza bajo este constructo, proporciona muy buenas sensaciones, supone un excelente reseteo para toda la musculatura implicada en la zancada y deja listo al «machaca» para el siguiente entrenamiento. La musculatura así, recién tonificada, ha recibido un buen aporte de sangre y oxígeno, pero sobre todo, hemos logrado aprovechar al máximo sus conexiones neuromotoras. Ahora bien… ¿cuánto dura ese «reset»? ¿Horas? ¿Días?Me viene a la cabeza un símil muy curioso, de cuando tuve que comprar rollos de césped artificial. Los céspedes de mayor calidad suelen usar como argumento de venta el efecto memoria de sus fibras, esto es, que recuperan su forma a pesar de ser pisados constantemente por el uso. La fibra muscular, a diferencia de la neurona, no tiene capacidad de almacenar información, no asume recuerdos ni memoriza datos. De hecho, si lo hiciera, perdería su capacidad reproductiva. No podemos hablar de «memoria», pero quizá sí de «efecto memoria». La orden de movimiento se transmite solo del sistema nervioso a la fibra, sino que también el músculo envío información sensorial de su estado al centros superiores. Así no resulta curioso que para mejorar la comunicación neuromuscular, « se cargan los datos» en sentido inverso: de la inserción muscular hacia el sistema nervioso.

Si me preguntaran qué es el entrenamiento de fuerza, diría el ajuste continuo y necesario del sistema neuromuscular. No concibo el entrenamiento de fuerza sin la intervención del sistema nervioso como actor principal. Además, hemos de recalcar que la fuerza NO se entrena haciendo cuestas ni gradas, porque éstas inducen hacia la compensación muscular. NO se entrena con gestos, como sentadillas, BOSU, ¨mal entendida propiocepción¨ o similares, porque difícilmente vamos a utilizar en ellos musculatura que no está bien conectada con el sistema nervioso. NO se entrena con gestos explosivos, porque la inercia del movimiento rápido quitará tensión en determinados puntos del rango de movimiento, impidiendo un óptimo reclutamiento neuromuscular secuencial. Por supuesto, la fuerza NO se entrena corriendo, ya que aumentaremos los desequilibrios musculares, por hacer más fuerte lo fuerte, pero aquellos músculos débiles permanecerán débiles.

“En el running de hoy, en el que se busca rendimiento, hay un problema: no se entrena la musculatura de forma correcta». El resultado podría ser contrario a lo esperado, ya no solo por disminuir el rendimiento, sino lo más preocupante, por causar en muchos casos, en la gran mayoría de los casos, en más de un 80%, lesiones recurrentes y pérdida de salud. El deporte es salud solo cuando está asociado a un trabajo de fuerza correcto y eficiente. «Sin fuerza no hay carrera»

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Formación

Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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