Contraer en lugar de Estirar isquios

Correr es un gesto deportivo tremendamente agresivo, en el que entran en juego complejas acciones biomecánicas. Además, la  relación mecánica durante el movimiento de la carrera debe ser meticulosamente establecida por el sistema nervioso, y en conjunción con el sistema muscular para llevar a cabo el gesto. Por lo tanto es crítica una óptima interacción entre el sistema nervioso y sistema muscular, ya que de otra manera podría dar lugar a alteraciones en el gesto, resultando en rendimiento deportivo comprometido y estrés muscular.

Si nos centramos en la extensión de cadera durante la fase de recogida de la pierna inmediatamente después de la impulsión, nos encontramos con glúteo mayor e isquios como parte de la musculatura crítica para el gesto. Además, la extensión de columna debe ir perfectamente acompasada con la extensión de cadera,  y así permitir una orquestación muscular ordenada y eficiente.

La lesión de isquios es sin duda una de las grandes preocupaciones del corredor, y que compromete de forma importante el rendimiento. Los isquiosurales son músculos que actúan sobre dos articulaciones; por un lado tienen mecánica de flexión de rodilla, pero también son extensos de cadera. De esta manera, una correcta función muscular de los isquios durante la carrera es fundamental para evitar problemas de rodilla, pero también son críticos en la regulación de la pelvis.

A nivel de rodilla generan junto con el popliteo estabilidad posterior de rodilla, especialmente en la fase de impacto con el suelo durante la carrera. Debilidades en los isquios pueden generar un estrés excesivo en rodilla, dando lugar a medio plazo a lesiones de desgaste articular.

Con respecto a la cadera, y como consecuencia de la inserción de los isquios en tuberosidad isquiática de la pelvis, su función es fundamental para dar estabilidad pélvica durante la carrera. Una debilidad en isquios, o en otros extensos de cadera, como glúteo mayor, podría dar lugar a irritaciones tendinosas a nivel del isquión pélvico.

El trabajo de fuerza es de gran importancia para asegurar el gesto correcto en la carrera, y una debilidad estos podría dar lugar ya no solo a rendimiento muscular comprometido, sino también a tensión excesiva de isquios.

Hay varios aspectos importantes a tener en cuenta en el trabajo de fuerza para readaptación de lesión de isquios:

  1. Es importante realizar de forma precisa el movimiento, evitando vasculaciones pélvicas, movimientos con explosividad, y picos de fuerza exagerados.
  2. Fundamental cuidar la mecánica de movimiento, ya que gestos inadecuados durante el ejercicio podrían dar lugar a compensaciones por otros músculos, y por lo tanto evitarían el trabajo adecuando de los isquios.
  3. Ajustar la tensión al rango de movimiento. La fuerza que un músculo puede realizar es diferente dependiendo del rango. En este caso concreto, los isquios son especialmente débiles en la máxima flexión de rodilla. Para un correcto trabajo de los isquios, la máquina o herramienta a utilizar debería ofrecer más resistencia en los primeros rangos de movimiento,  disminuir la tensión conforme se llega a máxima flexión. Este aspecto, denominado perfil de resistencia, es crítico para un adecuando trabajo del sistema muscular.

Con estas premisas, nos sorprenderemos si al intentar hacer una flexión de ambas rodillas tumbado en prono (boca abajo) en el suelo nos vemos incapacitados para realizar la flexión completa sin mover la pelvis, incluso en ausencia de carga. La dificultad de contraer la musculatura de los isquios en todo su rango será sin duda un factor limitante en el rendimiento. El cuerpo intentará compensar con otra musculatura, generalmente asociada a la pelvis, dando lugar a lesiones difíciles de solventar, y por supuesto a rendimiento comprometido.

Tal y como se indica en las imágenes de abajo, es clave trabajar la fuerza en todo el rango contráctil, para asegurar un correcto funcionamiento del sistema muscular. El músculo está pensado para contraer, y así hemos de trabajarlo en contracción, de forma controlada. Piensa en contraer y no en estirar; porque en las imágenes de abajo, ¿estamos contrayendo isquios, o estirando cuádriceps? a mayor rango de contracción, automáticamente aumentaremos el rango de elongación de la musculatura antagonista. Sin embargo, estirando el antagonista no mejoraremos el rango de contracción del agonista. Juego de palabras, que aunque simple, es muy complejo. En definitiva, no hay que pensar tanto en estirar sino en contraer, con el fin de mejorar la función muscular, y con ello el rango de contracción. Estirando ponemos al músculo frente a su posición más débil (puentes cruzados miofilamentos actina y miosina); por el contrario, contrayendo mejoraremos la función muscular. Ahora bien, la contracción debe ser controlada, y con tensión ajustada al rango (perfil de resistencia muscular).

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Aspectos fundamentales en el entrenamiento de fuerza del sistema muscular implicado en la biomecánica de carrera serán también críticos en tratamiento de la lesión asociada a los isquios. Este trabajo de fuerza debe incluir además:

  • Columna lumbar
  • Flexión de columna (Oblicuos y transverso abdominal)
  • Extensión de Cadera (glúteo, isquios)

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Formación

Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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